El
pueblo contestano tenía cierta entidad propia dentro del territorio ibérico.
Ocupaba el sureste de la península en lo que hoy correspondería a
las provincias de Alicante, sur de Valencia, este de Albacete y norte de
Murcia. Los numerosos asentamientos y las magníficas muestras de escultura que se le atribuyen
denotan un desarrollo cultural destacable.
Amílcar planea establecer su nueva ciudad en
las costas de Contestania. Un promontorio blanco, actual monte Benacantil, referencia
de marinos, dará nombre a su fundación, Akra
Leuké (el posterior Lucentum, romano). El lugar elegido es un cerro de poca altura junto a una pequeña
albufera.
A una jornada de distancia de la futura fundación se
encuentra Ilici, (Helikê) la ciudad más importante de Contestania, centro
comercial que ha relacionado tradicionalmente el interior con los comerciantes
marinos. Está asentada en una extensa y fértil pradera, junto al río Alebus
(Vinalopó), cercana al mar y a una
amplia albufera.
A un día de marcha,
hacia el norte, siguiendo contracorriente el cauce del río Alebus, se encuentra
un poblado encaramado sobre un cerro, Iaspis,
y situado a la entrada del largo desfiladero que le separa de Ilici, como si
fuese el escudo del estratégico paso en la vía de comunicación natural
entre Ilici y el interior de Contestania.
Amílcar
necesitará establecer un tratado de paz con Ilici, que le sea válido para toda Contestania, o tendrá que luchar para someterla.
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