Una nueva potencia

La invasión asiria de las ciudades griegas de Foceo y fenicia de Tiro, hace que la influencia de estos pueblos se acentúe en su colonias, de manera que  los griegos querrán controlar cada vez más el norte del Mediterráneo, fundando nuevas colonias, como Alalia; mientras  Cartago irá adquiriendo cada vez mayor protagonismo, hasta convertirse en la capital del imperio colonial de la antigua Fenicia. La amenaza para los estruscos, que la presencia griega adquiere frente a sus costas, les lleva a declararles la guerra y pedir para  ello ayuda a los cartagineses, que ven una oportunidad de combatir a sus eternos  rivales. La batalla de Alalia va a significar el declive de la influencia griega y el mayor protagonismo de Cartago en el Mediterráneo.  Tartesos, aliada de los griegos, perderá importancia comercial, a la vez que lo gana Gádir  como colonia de Cartago que controla el estrecho. Pero una nueva potencia  va adquiriendo protagonismo en el Mediterráneo: Roma.